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La sistematización del potrero

La genética de nuestro fútbol es la que lográbamos en el potrero, en donde el respeto por el juego asociado era palabra santa. Por eso la invención de la "Sistematización del Potrero", que es el respeto a la herencia. Esta sistematización apunta a reemplazar los trabajos que se lograban de una forma asistemática por un modelo sistematizado. Buscamos distintos ejercicios metodológicos que reemplacen a las jugadas que sin darnos cuenta hacíamos hace 20 años en las canchas de tierra.

La metodología del Barcelona que estamos aplicando, basada en el fútbol holandés, respeta casi en un todo nuestra genética: extremos bien abiertos, interiores como un doble enganche, un centrodelantero importante, constantes triangulaciones, pases buscando el arco contrario (nunca paralelos), manejo de perfiles, etc.

En el CEFAR respetamos esto, la herencia genética del fútbol argentino, que es la estimulación de la técnica y del buen juego. En el CEFAR, además del desarrollo futbolístico, sumamos el desarrollo ético-moral y el intelectual. Es la base del proyecto Infanto-juvenil que llevamos adelante. Y tenemos en cuenta el respeto por la llamada "edad de oro" (9 a 12 años). Es fundamental en la etapa del aprendizaje psicomotriz y de las destrezas de los deportes. Lo que el chico no aprende en esa edad, lo puede aprender más adelante pero nunca al 100%. Trabajamos no sólo desde lo técnico y táctico, también en la parte física respetamos las edades biológicas para que el desarrollo de los chicos sea el adecuado, con gran estimulación en las valencias coordinativas como base fundamental.

El 85% de la Selección Nacional es del Interior del país, ya que allí se sigue respetando la forma de vida que se tenía en Capital hasta hace 20 años. En las provincias están jugando todo el tiempo, en Capital los chicos no juegan casi nada. Uno del Interior juega 4 horas por día y toca la pelota cada 20 segundos. Uno de Capital juega tres horas por semana. Si lo multiplicamos por una semana, luego por cuatro (semanas del mes), luego por 12 meses, y a su vez por 12 (los años de trabajo infanto-juvenil, de los 6 a los 18 años) la diferencia es grandísima. El de Capital tuvo muchísimo menos contacto con el balón. Y la técnica se agudiza cada 5.000 toques.

Una posibilidad de reemplazar ese potrero perdido es que hagan 30 minutos de 4 vs. 2. Este es otro ejercicio de la "Sistematización del Potrero".

Por Jorge "Coqui" Raffo
CEFAR , 2007

Podés comprar el DVD de la Jornada "La Sistematización del Potrero" que dictó Jorge "Coqui" Raffo en el 2007 en APEFFA.
Comunicate de Lunes a Viernes de 18 a 22 a los teléfonos 4547-1932 y 5197-6108 o por e-mail a apeffa_apeffa@yahoo.com.ar

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Posesión en superioridad numérica con pressing

Propuesta de una sesión de entrenamiento para el 1° dia de la semana (ejemplo: Lunes de 15.00-17.00hs.), donde tenemos algunos jugadores que tuvieron competencia oficial y recuperaron 48hs. (Sábado al mediodía) y otros jugadores que no fueron convocados y su último estímulo fue 72hs. atrás (por ejemplo: Viernes 15.00-17.00hs.)

Descripción:

Se coloca en media cancha defensiva al Defensor Lateral Derecho [4], al Defensor Central Derecho [2], al Defensor Central Izquierdo [6] y al Defensor Lateral Izquierdo [3] junto con los Volantes Centrales [5] y [10]

Se forman 2 “triángulos” de tenencia de balón entre el defensor lateral, el defensor central y el volante central mientras 2 jugadores deberán para recuperar la pelota

OBJETIVOS

Físicos
- Resistencia de media intensidad para los defensores
- Resistencia mixta (aeróbica y anaeróbica láctica) para los que presionan (dependiendo del tiempo del esfuerzo y de la recuperación)

Técnicos
- Pase, recepción y gambeta de los defensores y el volante central
- Quite en los que recuperan

Tácticos
- Movimientos tácticos defensivos y tenencia de balón en superioridad numérica de los defensores y el volante central
- Pressing en inferioridad numérica y oportunismo para el quite de quienes recuperan

VARIANTES FÍSICAS
- Por tiempo: recuperar la mayor cantidad de veces posible en un tiempo establecido anteriormente
- Por quites: al recuperar la pelota dejan de presionar o cambian de “triángulo” de recuperación
- Por decisión de la defensa (aspecto táctico): cuando la pelota le llega al [2] o al [6], ellos pueden decidir el cambio al otro triángulo
- Mayor exigencia a los volantes centrales: se les puede pedir que jueguen en 2 “triángulos” seguidos, generando mayor superioridad numérica (4 vs. 2) pero con 2 de los 4 jugadores que realizan tenencia de balón más cansados
- Mayor exigencia a los que presionan, menor a los que realizan posesión: agregar un Volante Lateral [8] y/u [11]. Se generarán situaciones de juego 4 vs. 2 con el Defensor Lateral, el Defensor Central y el Volante Central
- Mayor exigencia a los que realizan posesión, menor a los que presionan: sumar otro delantero a presionar. La recuperación será más rápida, por lo que se sugiere que realicen 2 ó más recuperaciones continuas para conseguir un objetivo físico de alta intensidad

VARIANTES DE ORGANIZACIÓN

En media cancha "defensiva" trabajan defensores y volantes defensivos en 4 vs. 2 y en media cancha "ofensiva" los volantes ofensivos y delanteros en 3 vs. 2 ó 4 vs. 2



De esta manera se puede tener entre 12 y 16 jugadores (dependiendo si se organizan 3 vs. 2 ó 4 vs. 2) haciendo tenencia de pelota y entre 8 y 16 jugadores (organizando de 4 a 8 parejas de pressing, dosificando esfuerzos y pausas)

Prof. Juan Pablo Pochettino
Preparador Físico de Fútbol
profepochettino@gmail.com
Twitter: @profepochettino

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Ramón Maddoni - Fabricante de cracks

"Para el mejor DT del mundo y además un amigo". Esa es la dedicatoria –una de las tantas– que tiene Ramón Maddoni escrita con marcador sobre alguna de las tantas fotos que adornan la ruidosa confitería del Club Social y Deportivo Parque. Quien está junto a Ramón en esa foto y que firma la dedicatoria es Fernando Gago, actual jugador del Real Madrid de España, quien se inició esquivando conos en esa misma canchita, al lado de esa misma confitería ruidosa en donde los chicos de ahora, las figuras de mañana, revolotean por entre las mesas con la botella de gaseosa en la mano.

Maddoni está en su casa y se nota. Saluda a todos, conoce a todos por su nombre y se preocupa por presentar a cada uno de sus colaboradores para que quede claro que es todo un trabajo en equipo. El Club Parque es un club social fundado en 1949, que ganó su fama por la cantidad y calidad de los jugadores de fútbol que formó en los últimos 30 años. Desde Fernando Redondo o el Checho Batista, pasando por Juan Román Riquelme o Carlitos Tevez, hasta los más recientes Nicolás Gaitán y Lucas Viatri, nuevas figuras de Boca. Y todos tienen algo en común: el afecto, el cariño y el respeto por su “segundo padre”, Ramón Maddoni. “Cada lunes hacemos una comida en el club desde hace más de 20 años y cuando están en Buenos Aires vienen todos los chicos: Tevez, Gago, Insúa, Cambiasso, La Paglia, Sorín, Coloccini. Apenas llegan ya me llaman para vernos, y eso para mí es muy gratificante. Nosotros les damos mucho cariño a los chicos y ellos lo captan”, explica Ramón con humildad, sentado en una mesa rodeado de camisetas de diversos colores con los apellidos de “sus” chicos.

El proceso. En el año 1996, una de las primeras cosas que hizo Mauricio Macri como presidente de Boca fue ir personalmente al Club Parque para hablar con el responsable de esa fábrica de cracks. “Vino Macri, con Goyo Zidar y Jorge Griffa y me dijeron que querían toda la estructura de Parque para nutrir de chicos a Boca. Yo no lo dudé porque me convenció de que lo que estaban buscando era un proyecto a largo plazo”, recuerda Ramón, 12 años después y con varios de los frutos ya guardados en la canasta.

"Recién ahora, a partir de la categoría ’86, se empiezan a ver los verdaderos resultados del trabajo que realizamos, porque hasta acá los chicos que fueron saliendo han sido como injertos, que se fueron sumando en distintas categorías. El trabajo integral se ve en los que van saliendo ahora”, explica el dueño de la fábrica.

Y eso se debe a que el proceso de formación de un futbolista no es fácil ni rápido. Según Maddoni, los 5 años es el momento ideal para que los chicos comiencen con la escuelita y los fundamentos. “A esa edad ya te das cuenta cuando lo ves, si hay algún ‘distinto’. Lo ves por como se para, como dribblea, como se apoya”, comenta Maddoni revelando parte de su secreto. Hay chicos que se acercan por su cuenta a Boca o a Parque, y otros que son ‘rescatados’ de distintos lugares del interior del país, a través de colaboradores del club que hacen la función de buscadores y de clubes o empresarios que organizan partidos e invitan a Boca para que venga a observar chicos con talento.

“En Europa se sorprendían de que empezáramos a trabajar con los chicos desde los 5 años porque allá comenzaban a los 12, pero ahora están copiando lo nuestro y arrancan desde antes. Esto es clave, porque si no se pierden 6 o 7 años de trabajo en momentos de la vida en donde los chicos absorben mucho de lo que aprenden, es como empezar la escuela sin hacer primero inferior. Y a los 8 años ya pasan a cancha de once, con pelotas grandes, arcos grandes, igual que en Primera", cuenta Maddoni con referencia a los constantes intercambios con distintos entrenadores europeos, a tal punto que Aimé Jaquet, ex entrenador de la Selección de Francia campeona del mundo en 1998, estuvo hace algunos años en Parque copiando los métodos de formación con los chicos.

Sus secretos. Seguramente no se pueda hablar de un secreto que tenga Ramón Maddoni para formar y detectar a tantos buenos jugadores. Es un don y un carisma que no se pueden transmitir sólo con palabras. Más allá de eso, existen pautas que sirven como guía para el proceso de producción de figuras: “Si le tengo que aconsejar a alguien las claves para formar un buen jugador de fútbol, diría que lo más importante es la técnica. A partir de ahí, hay que trabajar mucho en los fundamentos (gambeta, cabezazo, patear con las dos piernas, cómo pararse, etc.); en el ritmo, que es la forma de trasladarse de un lado al otro en el menor tiempo posible; y por último la agresividad, que implica ir a todas las pelotas, poner bien el cuerpo y los brazos, trabar fuerte, etc. Estas son las principales características para ser un buen jugador de fútbol”, explica.

El otro tema que no es menor es cómo se puede detectar si un chico tiene talento, en sólo un partido o un instante que se lo ve con una pelota en los pies. “Lo que pasa es que de tanto ver jugadores buenos, el ojo ya se va acostumbrando y entonces es más fácil darse cuenta cuándo un chico es bueno o no”, concluye.

Presente y futuro. Hoy Boca empieza a disfrutar con más fuerza la aparición explosiva de una serie de juveniles que están cobrando cada vez más protagonismo. Aquel sueño de Mauricio Macri de poder tener 9 de los 11 titulares surgidos de las divisiones menores, todavía no se ha dado, pero no tardará en llegar, según Maddoni. “Por como se está trabajando y como se están dando las cosas, ese objetivo se puede llegar a dar dentro de unos tres o cuatro años más. Boca tiene entre 6 y 7 jugadores ‘distintos’ por categoría”, se confía este hacedor de ilusiones xeneizes.

Desde 1998 para acá y aparte de los títulos logrados, Boca lleva facturados en concepto de ventas de jugadores de sus divisiones inferiores, casi 170 millones de dólares. Lejos de esas ampulosas cifras, él sigue ahí, en su casa, rodeado de los chicos de ahora, que serán las figuras de mañana y que vendrán a hacer cada vez más larga y concurrida esa famosa mesa de los lunes.

Fuente:
Revista Noticias - Octubre 2008

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